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Divertida ternura- 03/01/2009.

Teatre Nacional de Catalunya- Barcelona.
Jordi Bordes, El Punt Diari.

 El trío Los Excéntricos defienden con muchas armas el arte del clown de siempre. Más allá de los arquetipos del Augusto y el Carablanca, de la bofetada, de la cancioncilla para que el público aplauda rítmicamente. Más allá de lo que podemos encontrar en una carpa de circo sin muchas pretensiones o en una sesión de circo de sábado por la tarde en aquellos televisores de la Transición. Zaza, Marceline y Sylvestre llevan en su interior un personaje con muchos pliegues y grandes capacidades artísticas. Saben tocar el acordeón, el piano, el violín-trompeta y la guitarra. Saben jugar mientras interpretan un “Suspiros de España” con una bandeja llena de campanas. Hacen acrobacias, con pelotas, contorsionismo lúdico con acordeones y equilibrios con platos chinos. Eso por no hablar de los guantes- “Sí, Marceline está muy eleguante”-. Hacen humor del de golpe de sartén y del de los dientes que salen escupidos, pero pueden ligarlo con una lucha con un aspirador irreverente (se atreve a absorber cabello, lengua y mejillas de la intérprete, pero también un pecho) o con una desaparición chapucera que ya le gustaría firmar al Mago Lari. Por no hablar de la aparición dentro del piano, con una Julieta esquelética.
Los Excéntricos hace treinta años que suben a los escenarios de manera separada. Marceline y Sylvestre, como pareja artística, cumplen ya más de veinte. Pisan catalán, castellano, francés e inglés. Son una oficina de la ONU que merece la atención del público catalán. Su humor supura una mala leche tierna, un juego con el surrealismo, los juegos de palabras, los engarces de acciones imposibles. Son unos maestros administrando la ruidosa y contagiosa (aunque irrepetible) risa de Zaza y las pausas en cada acción. Tal vez se agradecería más rapidez en las transiciones de gag, pero esa espera hace que el público intuya cual será la nueva salida. Quien será el perdedor y cual la novedad. En Rococó Bananas, un nombre sonoro que no significa nada en realidad, recuperan algunos gags de su espectáculo anterior (Música Maestro). Quien ya los haya visto, no le importará volver a reírse de las mismas bromas. Quien no, lo hará con la mirada inocente y la sorpresa le saltará de la boca sonoramente. La ingenuidad, como la calculada ternura, la pondrán estas tres bestias de artistas que se dan a conocer acertadamente como Los Excéntricos. Que a nadie le de pereza, irlos a ver, sobre todo si es adulto.
Jordi Bordes, El Punt Diari.

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Fotos: Sonia Balcells, Gabriel Tizón, Silvia Mazzotta, Marcantonio